Sin duda alguna han de venir a este maravilloso pequeño rincón en el centro de Santa Cruz de Tenerife. Un lugar en el que caí de pura casualidad y ahora no me dan ganas de dejar. Empezando por el maravilloso atendimiento de su ejemplar camarero que con una amabilidad impoluta me atendió y solucionó mis contratiempos con la carta ofreciéndome algo que de seguro volveré a repetir.
Gracias Gracias Gracias por crear lugares donde puedas sentirte a gusto y en familia. :-)
Gente poniendo reseñas negativas cuando el restaurante lleva un mes cerrado... Puedo decir con tranquilidad que además de ser acogedor, amigable y En una zona fácilmente localizable (está en pleno centro de Santa Cruz). En cuanto a la comida, pedí unas croquetas (plato que nunca debería ni fallar ni faltar) y ternera con mojo hervido, el que es para mí, el plato estrella de aquel día. Las croquetas no defraudaron para nada, resaltando el toque picante de estas, y la ternera... Madre mía, que decir... Un auténtico platazo, con mucho sabor y mucho mimo, de esos que te hacen querer volver, ya sea antes o después. Mi conclusión, un lugar al que no habría que dejar de ir nunca, tanto por todo lo que ya he dicho, como por su servicio, dado por gente muy profesional y a la vez amigable.
El personal amable, educado, servicial y extraordinario, por supuesto, a la altura de la comida que sirven.
No hay quejas, solo cosas buenas que decir. Pero como todo, mejor probarlo que solo leerlo; no veo la hora en que vuelvan a abrir para hacer mi reserva.
Muy muy muy recomendado.
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