Estuvimos ayer y llegamos sin recomendación ni habíamos mirado previamente en Google. Se nos hacía tarde y paramos de camino a casa. Nos gustó muchísimo todo. Comimos en el salón aunque había también espacio en la terraza de entrada y también disponen de otra terraza que estaba sin montar y que entiendo que la pondrán en verano. Un lugar muy agradable y con una carta muy buena. Todo lo que comimos fue de 10. Pedimos para compartir una ensaladilla de ahumados, flamenquin casero, y pan bao de rabo de toro. Son raciones pequeñas pero para entrante y dos pernos pareció más que suficiente ya que después pedimos un plato principal, un codillo de cordero que tenían fuera de carta y estaba exquisito y un solomillo de ciervo que igualmente está buenísimo. De postre un clásico, tocino de cielo y un lemon pie con merengue buenísimo. Calidad-precio estupenda. Solo una pequeña reseña. Los aseos son pequeños y no están a la altura de la cocina y salón de este magnifico restaurante. Una pena porque sino sería un 10. He puesto 4 estrellas en el ambiente porque había demasiado ruido para nuestro gusto. Un par de mesas con mucha gente y peques que estarían ya aburridos los pobres y se notaba algo de jaleo pero nada que fuese molesto. Además se fueron antes de que acabasemos nosotros y para los que queremos el silencio o el murmullo de compañía fue un gusto.

La comida está riquísima y la atención espectacular!