Servicio atento pero un poco lento. El menú de 15€ es rico y es buena representación de platos griegos pero se queda un poco escaso en ración.
Pedimos aparte del menú un plato de cordero que estaba francamente bueno.
Local amplio y limpio con buenas vistas.
Entramos porque teníamos hambre y pasábamos por allí. Todo un acierto, la comida estaba riquísima y eran raciones muy abundantes, sabrosas y frescas. Las chicas que nos atendieron fueron muy amables y atentas.
Fui al servicio y me encontré con un detalle que no había visto nunca en ningún sitio y fue una muy grata sorpresa, todas las chicas que vayan me entenderán. Volvería a ir sin duda.
Hemos disfrutado de una deliciosa comida en una mesa junto a la ventana, con vistas al mar. Compartimos unos patés hi 5 (berenjena, hummus, yogur, huevas rojas y aceitunas) con pan pita. De segundo tomamos mousaka y dolmades. Todo delicioso. Ritmo tranquilo. La única pega ha sido la música, desquiciante, para geriátrico de últimas voluntades. Hemos salido a 25 por cabeza, sin vino.
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