Yo de aquí solo puedo quejarme de una cosa: ¡devolvedme el carpaccio de gamba roja mallorquina! ❤️ La comida siempre Deliciosa. Los dueños son encantadores. Llevo más de 7 años yendo,desde que abrieron en Puerto Adriano,(no tanto como me gustaría) y nunca me han fallado. Siempre tienen mesa disponible a mediodía si es tempranito y Bruno y su mujer son encantadores. La comida es calidad absoluta. Sabes que de ahí vas a salir lleno y contento. Además, la terraza es una gozada y da gusto pasar allí un buen rato. El café gourmand es brutalmente rico. Una degustación digna para los cafeteros como mi marido y yo. Estos son algunos de los deliciosos platos que hemos comido. Recomiendo encarecidamente eo caldoso de bogavante y la carrillera de ternera. Una delicia absoluta.

Un gran acierto este local, para mí muy bonito y acogedor. La luz incide de una forma especial. Muy recomendable el menú del día, a elegir entre tres primeros, tres segundos y dos postres. Ofrecen productos de temporada con una agradable y acertada combinación de sabores y texturas y una creatividad maravillosa que plasman en la esmerada decoración de los platos. A destacar también la elección de la vajilla, que forma parte del espectáculo visual. En esta ocasión, mi elección fue: - ensalada de quinoa: cocción y aliño perfectos, con el toque justo refrescante, contrastaban con tres canónigos ecológicos de sabor explosivo potenciados por el crujiente de la pimienta recién molida. - Calamares rellenos: sobre una cama de patatas melosas descansaban dos calamares de crujientes aletas cuyo relleno, además de jugoso era muy sabroso gracias a la sobrasada que escondía en su interior. Todo ello pintado con su propia tinta y coronado por sus patitas, crujientes a no poder más. - Flan de boniato y vainilla en salsa de granada: suave, esponjoso, delicadamente dulce por el boniato y con el toque ácido de la granada. Resultado: ¡una sinfonía para disfrutar, repetir y recomendar! Felicidades a todo el equipo 🤩🤩🤩