Fuimos 14 amigos reservando con antelación a tomar un menú calçotada. El restaurante tiene un amplio parking, una buena terraza y un comedor grande, estaba lleno, en temporada. Se inicia con calçots en la terraza regado con vino servido en porrón, te dan un babero que es imprescindible si no te quieres poner hecho un cristo; a continuación, entramos al restaurante a tomar las típicas alubias, alcachofas y butifarra, después chuletitas de cordero y de postre rodajas de naranja y crema catalana. Todo estaba bien, pero llegamos empanzonados de los calçots, quizás las chuletitas nos supieron a poco, teniendo en cuenta que soy de tierra de cordero. Tomamos unas copas y acabamos pagando 67€/persona, algo carillo. Experiencia recomendable.
Aunque últimamente ha decaído un poco, sigue siendo un sitio tranquilo y encantador donde degustar calçots de temporada con butifarras y chuletillas, regado con un buen vino y terminando con una crema catalana deliciosa acompañada con el delicioso cava de la casa
Una experiencia de 10. Somos de Murcia y estamos de vacaciones por Tarragona, nos recomendaron este lugar por su encanto y buen trato del producto. Pedimos un entrecot que tenia muy buen sabor, sin duda destacaríamos el trato que nos dio el dueño, queríamos comprar unas botellas de cava y sin pensarlo nos enseñó la bodega y nos explico paso a paso su elaboración. Nos fuimos muy contentos!
Volveremos seguro 💚
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