Fantástico sitio muy tranquilo para degustar unas estupendas pizzas! En el bosque de eucaliptos al lado de la ría y la playa. Las pizzas están muy buenas y el equipo que atiende es de primera. Muy amables y simpáticos

El sitio es muy bonito, es como cenar en mitad de un bosque con eucaliptos enormes alrededor. Ponen música que pega muy bien para tener de fondo mientras cenas tranquilamente y de noche es precioso ya que tienen luces colgadas de arbol a arbol por toda la terraza y le da un toque super bonito. Los dueños son majísimos, te atienden con una sonrisa de oreja a oreja, cosa que sinceramente ya te alegra la comida. La única pega es que el dueño está en la cocina solo y la mujer sola atendiendo las mesas, por tanto la velocidad está muy limitada. Además las comandas las organizan por mesas, no diferencian entre entrantes, segundos, postres etc. Cuando le toca a tu mesa, entonces te empiezan a traer todo, ya que lo que tardas en comerte el entrante es lo que van a tardar en prepararte la pizza. A nosotros nos tardó una hora tan solo en llegar el entrante y eso que tan sólo había 3 mesas más, por lo que recomiendo ir sin prisas. Eso si, la espera sin duda mereció la pena. Estaba todo riquísimo.. Pedimos de entrante unos nachos pasodoble que estaban espectaculares, una pizza barbacoa, una pizza carbonara y de postre un coulant con helado de vainilla. Todo riquísimo, sitio 100% recomendado.