Pequeño y acogedor restaurante muy recomendable.
El establecimiento es bonito, limpio y agradable. Debes reservar porque tienen pocas mesas.
La comida es casera, hecha con esmero y de sabor extraordinario.
Tiene buenos precios. Lo recomiendo encarecidamente, puesto que si eres una persona que sabe valorar la comida bien hecha, lo apreciarás de momento.
Maravilla de la gastronomía italiana. Hemos ido hoy 4 personas a comer, previa reserva, y nuestras expectativas se han visto superadas con creces. La encargada, Valle, nos ha tratado como de la familia, con simpatía, agrado y mucha amabilidad. Los platos, raviolis de setas, el risotto con marisco, y sobretodo los espaguetis carbonara.... todo exquisito.
Y si vamos a los postres, originales y riquísimos. Y todo a muy buen precio.
Recomendable 100%. Volveremos.... seguro.
El sitio es precioso, tanto el pueblo como el restaurante. No hay excesiva cantidad de mesas así que recomendamos reservar, aunque podría parecer pequeño resulta realmente acogedor.
La dueña muy simpática y atenta, es agradable encontrarte con un sitio donde sentirte tan bien acogida.
Y la comida, la mejor comida italiana que he comido en Castilla y León. Totalmente italiana, pasta al dente perfecta y un sabor que me ha devuelto a Roma. Nos faltó tomar postre porque ya no podíamos comer más, todo muy rico. Pedimos raviolis de boletus y carrilleras (2carrilleras y muy hermosas) y spaghetti carbonara (la de verdad, con huevo y no nata) y chuletillas de cordero. Y la guinda de la comida han sido las cervezas artesanas "arevaka", una rubia y una muy muy tostada casi negra. La rubia era afrutada y suave, muy buena. La tostada muy fuerte y con un sabor amargo muy marcado, si te gusta la cerveza mucho te va a encantar.
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