Había pasado cientos de veces por enfrente sin prestarle atención hasta que un día decidí pasar y probar.
Uno de esos sitios anodinos que pasan desapercibidos hasta que das un paso adentro y descubres que es un sitio especial.
Nada más entrar de nota esa sensación de estar como en casa, con gente que se ve que son habituales del local.
Después Melchor, el propietario, transmite una paz y un buen hacer que te hace sentir como en casa aún más.
Muy buen café y unas tostadas buenísimas que prepara con mucho mimo.
Un sitio para volver y para enseñar.
Local excelente para tomar el desayuno/almuerzo que, aunque cuenta con muy poco espacio (apenas una barra en el interior y un par de mesas fuera), merece mucho la pena ir por el producto que ofrece, tostadas diferentes y cafés sabrosos. Todo ello gracias al cariño que se nota que pone el dueño. Precio muy razonable. Muy recomendable ir tranquilamente y disfrutar de un rinconcito que no mucha gente conoce.
Cafeteria imprescindible en San Anton, lleva toda la vida!
Buen servicio y muy amable, excelente cafe y tostadas a destacar la Giro. Buena Musica.
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