Estábamos de caminata y hemos pasado casualmente por ahí. Con la calor que pegaba, nos ha parecido un oasis en medio del desierto.
Hemos tomado una cerveza, un par de refrescos y unas bravas con las salsas aparte.
Los precios no son bajos, pero tampoco excesivos: jarra de cerveza 5€, refrescos 3€ y un plato de bravas gigante 8€.
Volveremos a probar el menú de fin de semana.
Hemos ido hoy un grupo de 10 personas para comer un menú del día. La comida espectacular tanto en calidad, cantidad y presentación de los platos. El lugar idóneo para desconectar y el servicio muy bueno, la chica que nos ha atendido súper amable y muy atenta.
Desconozco cómo se come el fin de semana y a la carta pero el menú diario súper recomendado.
Este establecimiento se merece estar mejor valorado.
Después de una caminata por esos senderos acabar con un buen plato o bocadillo es mágico.
Pedimos un plato especial y estaba todo muy rico, aunque una bomba de sensaciones
La atención de 10
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