Nino ofrece una carta variada y para todos los bolsillos, en la calle principal de restauración de Mazagón, con decoración muy acogedora tipo Mesón rústico.
En esta ocasión, fuimos a comer un domingo al medio día, no habíamos reservado porque no pensábamos que estaría tan lleno. Conseguimos una mesa del segundo turno y nos atendieron muy bien. Les explicamos que teníamos algo de prisa y trataron de ser ágiles.
Como aperitivo te suelen poner el chorizo “al infierno” y unas aceitunas. Tomamos ensaladilla de gambas, rejo de pulpo y un lomo alto de vaca, que de cocina te lo sirven sellado y con una plancha de gas te lo terminas al gusto tu mismo en la mesa. Todo buenísimo, como siempre. Correcto de precio. Ese día tocó beber agua pero tienen una amplia bodega.
Nino, su hijo Adrián y el resto del equipo son unos trabajadores incansables, siempre dispuestos a ofrecer un buen servicio con la materia prima de la máxima calidad.
Obviamente tienen su precio pero si quieres tomar productos diferentes y selectos, este es uno de los sitios recomendables de Mazagón
Siempre que pasó por Mazagón voy a este restaurante, el trato es cordial y amable, el servicio es de auténticos profesionales, la comida es de 10, tiene una carne espectacular, lo último que he comido el solomillo de ternera fabuloso, las coquinas muy ricas, pedimos una ración de jamón de bellota, ya que otras veces lo hemos pedido, y maravilloso, pero esta vez no estaba tan bueno, nos preguntó el dueño del restaurante que se llama Nino, y al rato apareció con otro plato para ver qué nos parecía este, por supuesto no lo cobraron, desde aquí le doy las gracias por estar pendiente de los clientes y tener ese gran detalle que tuvieron con nosotros. Gracias. Volveremos si o si.
Comimos allí y fue todo un espectáculo para el paladar. Fuimos un sábado y la verdad que había muchas personas comiendo y nos tocó esperar para que nos sirvieran en mesa, pero la espera mereció la pena. Volveré seguro
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