La experiencia más completa que he vivido en un restaurante de estas características. Cuidan muchisimo el servicio, el menú que escogimos, en este caso el contemporáneo ofrece bastante variedad de platos, cada uno mejor que el otro.
Destacar que nos ofrecieron la posibilidad de cambiar algunos platos, cosa que nos vino muy bien, ya que mi acompañante le tenia cierto respeto hacia algunos platos.
Una visita muy recomendada.
En primer lugar me gustaría indicar los dos motivos por los cuales solo les doy 4 estrellas en lugar de cinco que es lo que se merecerían si no hubiera sido por dos fallos que creo que son importantes teniendo en cuenta que estamos hablando de un restaurante con dos estrellas Michelin. El primero en sala, pedimos una cerveza y después de unos diez minutos tuvimos que reclamarla porque se les había olvidado traerla. El segundo en cocina y con uno de los postres. El cristal de limón de oro en sabayon
En dos de los tres platos el cristal en forma de canelón se presentaron rotos. El tercero estaba perfecto. Lo que nos cuesta entender es como quien monta el plato lo prepara sabiendo que está sacando algo que no es correcto y porque el jefe de cocina deja que dicho plato salga así a la mesa. Los camareros que nos sirvieron tampoco se dieron cuenta?
Vamos con el menú degustación que en este caso fue el histórico
El conjunto de sabores y presentaciones en líneas generales sublimes, salvo el detalle antes mencionado. Yo destacaría por encima de todos la aproximación. Los cuatro platos de diez. Sabores, texturas, complejidad y presentaciones simplemente perfectas
La parte central del menú con el plato de caviar y el Royal de pulpos quizás fue el que menos disfrutamos. Destacar del primero el queso casero con aceite de higo y del segundo el chip crujiente de pulpo
La tercera parte de nuevo una explosión de sabores que nos dejó con un muy buen sabor de boca. Muy rico el pan tipo coca, el rodaballo una exquisitez,el arroz perfecto y para mí el mejor plato de todo el menú las mollejas de leche. Quizás uno de los mejores platos que he probado hasta la fecha.
Los postres deliciosos con una presentación muy cuidada y muy equilibrados salvo el problema con el cristal de limón.
Los bombones nos los tuvimos que llevar porque literalmente no podíamos comer más.
El servicio muy bueno. Muy cercanos, amables y atentos, salvo el problema con la cerveza.
Pedimos un maridaje de vino y el somellier fue todo un maestro a la hora de explicarnos el origen de cada uno de ellos y el porque se cada vino con cada plato. Resaltar la copa de sake.
En resumen un muy buen restaurante con grandes platos, pero también con alguna sombra en cuanto a sabores planos y el error en el postre pero en general la sensación de haber disfrutado de una gran menú degustación es con la que salimos y eso es lo que cuenta.
Una nota adicional para en general muchos de los restaurantes con estrella Michelin. Realmente es necesario estar 3 horas sentado para disfrutar de una cena?
No estamos haciendo los menús algo largos?
Sin duda una gran experiencia, acompaña el sitio dando un punto extra que hace una velada muy especial, el personal es excelente y hacen de la experiencia aún mejor. Unos platos delicados y muy elaborados, sorprendiendo en cada bocado, un menú que añadió un plato sorpresa, culminando con unos postres excelentes, sin duda a la altura de las espectativas
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