El lugar está muy bien situado, con vistas al río y parking gratuito durante 2h.
El restaurante está decorado con gusto y tiene una variedad de platos muy notables.
No le pongo 5 estrellas porque quizá algunos platos son pequeños y también suelen tardan bastante, perfectamente normal con el volumen de mesas que gestionan, pero mejor que no vayas con prisas!
Mi recomendación es pedir entrantes y compartir, pero también tienen varios segundos si lo prefieres.
Lo que más me sorprendió fue quizás las tiras de pollo (muy jugosas) y los huevos fritos con foie y Pedro Ximenez.
Un inciso: en Google Maps a veces pone que es zona de emisiones protegida, porque está justo en el límite, pero no lo es. Puedes entrar sin problema independientemente del coche con el que vayas.
Hemos ido a cenar en familia, nos atendió Erika , nos dio una mesa con vista sin reserva la verdad que fue un detalle de su parte muy atenta y amable , la comida exquisita , me pedí un tataki de atún y de postre ,espuma de Nutella, lo recomiendo totalmente mi familia pidió varios platos , todos muy buenos y la atención estupenda , música agradable y el ambiente muy tranquilo para disfrutar en familia.
Muchas gracias por la atención volveremos pronto ☺️
Es un sitio que siempre vale de comodín porque la carta tiene bastante variedad variopinta. Está todo rico, nada súper fuera de lo normal pero está todo rico. El servicio con pocas ganas. Destacar el curry de verduras ligeramente picante con arroz basmati.
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