Es un sitio muy acogedor, te tratan súper bien y la comida casera estupenda, el otro día unos se pusieron como locos simplemente porque la dueña pidió POR FAVOR que los niños no salieran corriendo por el establecimiento y veo que tienen la desfachatez de escribir aquí y dejarlos mal, todo el mundo que estuvimos cenando ahí vimos la realidad, si no tienes educación no vayas a un restaurante , los dueños y camareros son un amor y muy profesionales. Una pena que tengan que aguantar a semejantes energúmenos sin respeto ninguno.
Pongo 5 estrellas porque no puedo poner 10.
100% recomendable, repetiremos seguro.
Comida casera buenísima, lugar acogedor y camareros atentos, rápidos, simpáticos y sobretodo con infinita paciencia.
Viendo las reseñas anteriores estoy alucinando y me veo obligada a contar la verdad según lo que vivimos el resto de clientes que estuvimos allí.
Estuve anoche cenando con mi marido y mis hijos y habría sido perfecto si no hubiera sido por un grupo grande de gente de la peor calaña. No hacían más que molestar, las típicas personas sin educación que se piensan que pueden ir a un restaurante y soltar a sus hijos como si fuera el parque, corriendo y gritando de un lado para otro sin que ninguno de los adultos les prestara la más mínima atención y molestando a las mesas que estábamos allí cenando y a la camarera que iba con las bandejas cargadas, que casi la tiran en dos ocasiones. Cuando se les llamó la atención para que sus hijos tuvieran más cuidado dieron un espectáculo bochornoso... gritando, insultando, amenazando, encarándose a los empleados, golpeando el mobiliario... No había visto nada igual en mi vida. Los camareros, que intentaron mantener las formas en todo momento (difícil dado el espectáculo que montaron los clientes), no sabían ya ni como decirles que se fueran de allí porque no hacía más que entrar uno de los hombres a seguir gritando y amenazando.
Y encima tienen la poca vergüenza de comentar ahora en las reseñas mintiendo, cuando deberían empezar por aprender educación y saber estar en un lugar PÚBLICO. A esta clase de gente se le debería de prohibir la entrada a ciertos establecimientos.
Un aplauso por los trabajadores, que muchas veces no caemos en la cuenta de lo que tenéis que aguantar y el cliente no siempre tiene la razón.
M. Paz de la Calle Velasco
+4
Lugar muy escondido pero que vale la pena encontrar. La carne estaba buenísima. Y los postres son caseros de verdad. Destacar también la amabilidad de la dueña del local. La única pega es que la carta es muy corta.
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