Si hubiera que descubrir un sitio coqueto, elegante, con buen nivel, sería imposible hacerlo porque ya existe y se llama La Chalina
Destacar: la amabilidad de sus propietarios, y la excelente comida representada en dos planos básicos, como son la ensaladilla y la tosta de sardinas ahumadas.
Muy recomendable
Personal encantador. Trato prácticamente familiar y precios muy contenidos.
Si estás de tapas y cañas por el barrio pásate por La Chalina a tomarte algún mollete y la ensaladilla, es magnifica.
La Chalina es una pequeña cervecería de barrio que aspira a no ser simplemente éso. Y lo consigue. La pintura negra de su exterior y el blanco del moderno mobiliario interior hacen que si pasas por los alrededores la vista se te desvíe sin querer. Y una vez dentro, las sorpresas agradables continúan. Ya sea para comenzar el día con uno de sus generosos desayunos, a la hora del aperitivo para tomar unas cervezas o vinos con un sabroso pincho o para comer y cenar con unas raciones y tostas, La Chalina calmará tu sed y hambre. Dignos de recomendar sus molletes, para pedir a cualquier hora del día. Se trata de un bar "futbolero", o sea que si estás por los alrededores en día de partido, actúa en consecuencia. ¡Ah! Dan fiestas y cumpleaños en un salón privado.
OjO: La entrada está por la calle Victor Andrés Belaúnde, no por Trueba y Fernández.
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