Quizá la localización no es la ideal, pero bueno, ya tienen otro local en Chueca y este está cerca de mi casa, La Panamericana ya me venía muy bien recomendada y para una ocasión especial no dudé en escogerlo para cenar. Decorado con mucho gusto, las camareras eran súper amables y simpáticas, te explicaban cada plato maravillosamente. La comida estaba riquísima, yo me la esperaba buena pero fue mejor todavía. Recomiendo el temaki de bienmesabe (quizá con demasiada menta, que acapara el sabor de un cazón que iba rebozado con pasta de garbanzos) y el cucurucho de cochinita pibil; son imprescindibles el bloody mary acapulqueño y los tacos con falsos tallarines (son tortillas de maiz cortadas con un cortapastas) que es un plato espectacular. Bebiendo vino puede salir a unos 33 €/persona.
Excelente comida peruana en plan gourmet. Los conos son ideales y se pueden pedir para compartir teniendo cuidado de no romperlos, jajajaja... La decoración es de las simples y bonitas que he visto, con sencillas cestas de limas y arreglos de flores. Atención si pides algo picante, porque puede ser realmente muy picante, pero basta con preguntar a las señoras que te explican todo en plan guay.
El primer restaurante del chef, que ante el éxito de La Panamericana en la calle Hortaleza, le dio un giro para poner la misma carta y aprovechar el tirón.
Encontramos un ambiente algo más amplio, pero con los mismos y deliciosos platos (el temaki de bienmesabe o el lomo saltado son de mis platos favoritos), el mismo storytelling, y el mismo trato agradable. Es muy recomendable!
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