Visitamos este bar y restaurante un martes por la tarde, mientras estábamos de vacaciones. Se encuentra a menos de cinco minutos andando de la entrada (turística) del Palacio Real, en Calle Mayor.
Aunque hay varios bares de tapas y otra hostelería, este nos atrajo por su amplio menu -- y, sobre todo, los bocadillos de calamares.
Pedimos dos cervezas de 330ml que costaban 5€ por las dos, muy bueno cuando el camarero nos sorprendió con tapas muy generosos de la casa: paté con pan, y pescado caliente con salsa. También los del calamares que pedimos eran muy buenos, y el servicio rápido y agradable.
El sitio es uno de los mejores de Madrid. Tapas enormes y ricas. Comida estupenda. Trato del personal inmejorable. Además que está muy cerca de Sol y daptado a personas de movilidad reducida. Totalmente recomendado.
Comida de excelente calidad, precios un poco elevados para la calidad de la atención. Recomendable!!
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