Heladería creada en 1970, me ha llamado la atención el establecimiento en plena calle Mayor que se nota antiguo y de otra época, sobretodo destaca la vitrina expositora de la entrada, preciosa! También destaca el suelo, con la inscripción "Burgos" haciendo referencia al anterior negocio y los techos, una preciosidad, hay que agradecer a Freddo que lo hayan conservado tan bien y que no sea ahora 4 paredes blancas como otros tantos negocios. Aunque yo personalmente intentaría destacar el encanto del local (iluminando el techo) y eliminando todos esos souvenirs que le dan un aire a bazar y centrándome sólo en los helados y añadir cafés o zumos. Tienen otras 2 heladerías en Madrid y muchos sabores, los helados muy ricos. Copio su propia descripción: "Corría el año 1970 cuando Freddo-Freddo inició su actividad en Madrid con un carácter auténticamente familiar, y combinando las recetas tradicionales italianas con lo mejor de la gastronomía española y argentina. Partiendo de las recetas familiares y tras más de 50 años de trayectoria, la empresa cuenta con una gran variedad de productos para todas las edades y para todos los momentos de deleite y ocio de la vida cotidiana de nuestros clientes".

Por quinta vez viajo a Madrid y no dejo de ir a comer un helado. Incomparables. Hoy he probado de de Zanahoria, excepcional.