Si estás harto del postureo de Madrid con esos locales mega diseñados por mega diseñadores donde las cartas las hacen otros de los que cocinan, y por el contrario te gusta comer bien y beber aún mejor, yo creo que te encantara El Botiquin. Su cocina es una mezcla entre gastronomía murciana y catalana, lugares de origen de quien lo regenta. Su especialidad son los arroces, aunque tiene una carta muy variada tanto de butifarras como de otros platos muy suculentos. Nosotros pedimos el arroz de butifarra con trompetas de la muerte maridado con un vinito blanco catalán, el Clot de les Soleres, que resulta sorprendente tanto por la chapa que lo cierra en lugar del corcho, como por el carbónico que le aporta sutileza y frescor. Antes del arroz nos tomamos de aperitivo una marinera muy murciana con una cerveza fresquita y un vino blanco; casi casi fue como estuvieramos en Murcia. Si decidís ir, espero que os guste casi tanto como me gusta a mi. En Madrid es muy típico el que alguien de no se sabe donde lance una moda, y todos ó casi todos se lancen a ella. Pero bien, ya que te lanzas lánzate bien é intenta hacerlo bien, "just do it" que dicen los americanos. Digo todo esto porque si alguno estáis interesados en tomar un Vermut de toda la vida, el Botiquín es el sitio para ello. Antes el Vermut en el Madrid cañí, se tomaba con sifón, y en el Botiquín se toma así. Se han preocupado de éllo hasta tal extremo que hasta Segovia se han tenido que ir para encontrarlo. Quiero aclarar que cuando me refiero a lo de antes no solo me refiero a tomarlo así "vermut con sifón", sino que además tiene el encanto añadido de que él vidrio de la botella y el sifón tienen más años que yo, que tengo 45.