Jueves noche, teníamos mono de burger y andábamos por Antón Martín, así que nos decidimos a probar Skyline dinner.
Empezamos por unos tequesos (tequeños) con una mayonesa con un toque de kimchi. Nos gustaron mucho (aún cuando yo no soy muy tequeñero). Después pasamos a las burger y nos dejamos asesorar. Pedimos 2 burger para compartir: la sweet home alabama con carne de ternera black angus y la tartiflette con tenera D.O Ávila. La primera más suave de sabor con más presencia de la carne, que por cierto estaba muy rica y la segunda con más predominancia del queso. En ambos casos respetaron el punto de la carne solicitado.
Terminamos con una tarta red velvet para compartir que aunque no es una ración muy abundante (tampoco nos hacía falta después de todo lo anterior) es de la mejores red velvet que he probado en tiempo.
El local está ambientado como las cafeterías de las pelis americanas y es bastante chulo. La atención fue muy buena y en todo momento nos aconsejaron sobre que elegir en función de nuestros gustos. La relación calidad-precio me pareció buena.
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Dejando a un lado que el local se me hace que se les queda pequeño, otros dirán que es acojedor. Lo importante es la comido y en ese sentido los puntos de la carne son muy acertados. Las diferentes hamburguesas están muy buenas, los entrantes aun siendo buenos podrían mejor. No ya tanto por cantidad sino por calidad. Variedad en la cerveza, postres muy buenos y de buena ración. ¿porque no entonces 5 estrellas? Porque echo en falta ese toque a parrilla en la carne.
La decoración del restaurante es genial, con murales de NY, espacios amplios y sillones que imitan esas hamburgueserías de NY.
Como entrante, los "crujates" unos bastones de aguacate fritos de lo más crujientes.
Las hamburguesas son muy aceptables, buen sabor y tamaño.
Para la nota dulce es importante pedir la red Velvet.
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