Buah, sin palabras, como me encanta este tipo de comida. El segundo restaurante Senegalés que pruebo, el anterior fue en NYC, y la verdad que me dejó marcado. Caía un agua brutal, pero fuimos decididos a allí, situado en una plazuela. Cuando llegamos no había nadie, no siquiera el dueño, un hombre en la barra nos dijo que pasáramos dentro. Era la 1, un poco pronto para el horario español, así que nos dijeron que hasta dentro de media hora no se encendían los fuegos, pues nada, cerveza, papas y a esperar. No había casi nadie, de repente dieron las dos de la tarde y allí no cabía un alma, todo lleno. Apareció más personal para atender las mesas, llenas de gente demandando comida. La comida tardó en aparecer, pues la cocina iba sacando tipos de plato en cada ronda, ya que la carta contiene menos de diez platos. El primer plato que llegó fue el Thiebou con carne y verduras, una mezcla rara de arroz senegalés más pequeño que el encontramos por estas tierras, mezclado con especias y legumbres y encima carne con una mezcla de verduras ( parece el mezclado de aceitunas ), todo muy sabroso y bueno. El segundo tocó esperar más, pero el Maje salió con sus dos platos, uno de arroz senegalés blanco con carne estofada super especiada y densa, riquísima y muy fuerte, solo aptos para buenas hormigoneras. Y el precio de risa, hasta arriba por menos de diez euros por persona.

Muy buen sitio para comer, tranquilo y sin contaminación alguna, por que no pasa a penas vehículos. Variación de arroces Senegaleses y bebidas exóticas. para comer dentro y fuera con gran terraza soleada 100%100 recomendable.