Juan Carlos Lorenzo Domínguez
+5
Una sorpresa descubrir este pequeño restaurante al lado del hotel Ritz. El espacio dentro es limitado, por eso suele ser recomendable reservar. Sin embargo, tiene una generosa terraza, con una zona cubierta bastante resguardada y otra zona más abierta.
Y ya la comida, una delicia. Plato tras plato es una gozada lo ricos que están y podría decirse que pidas lo que pidas vas a acertar. La atención es estupenda y los detalles muy cuidados.
Volveremos seguro, porque es uno de esos sitios de los que se habla poco y sin embargo merece la pena disfrutar de su cocina. Y es que sus propietarios son unos amantes de la buena mesa, y eso se nota en lo que luego trasladan a sus clientes.
Experiencia increíble.
La comida estuvo buenísima, sabores increíbles y presentación impecable.
Las raciones están muy bien para el precio (medio-alto).
La atención por parte de todo el personal me gustó mucho. Siempre atentos y amables.
No se cual plato estuvo mejor que el otro porque todos nos gustaron muchísimo. Y para cerrar, los postres fueron un éxito total! Muy recomendada la crema brûlée de maracuya 😍
⭕️Ir con tiempo para conseguir dónde aparcar por las noches.
Me ha gustado mucho este restaurante, suerte que está al lado de mi oficina. La comida deliciosa, el servicio muy atento. En la terraza se está muy agradable. Pedimos alcachofas con foie (buenísimas), taco gobernador de langostinos y queso idiazabal, un nigiri frito de tartar de atún con huevo (espectacular) y un canelón XL de Pato y setas (mmmm), Volveremos seguro .
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