Fuimos de casualidad y volveremos sin duda!
Todo un descubrimiento como restaurante italiano.
El servicio increíble, la dueña es encantadora y sabe mucho de vino.
Recomiendo la burrata sin duda alguna, jugosa y se derretía en la boca.
La pasta con trufa blanca… no tengo palabras!!
Un local no muy grande, con decoración moderna y sencilla, mesas separadas con bastante espacio. La comida bien, las pastas ricas, las raciones no demasiado grandes y un pelín subido de precio.
Tiene bastante variedad de vinos italianos, muy poca cerveza, y el servicio agradable y correcto.
Fuimos por la fama y lo bien que habiamos oido hablar del sitio. Esta rico pero no me sorprendio tampoco y es verdad que el precio es elevado 40/50€.
La burrata y la melanzane de entrantes muy bien. El tartar fue un chasco, nada recomendable… Y la pasta en general muy rica tambien y con buenas cantidades.
Los raviolis eran raciones muy escasas y tampoco eran nada del otro mundo. El tiramisu falto de amaretto y lleno de cacao por encima que era excesivo, no lo recomeindo.
Si te pilla cerca bien para ir y conocerlo.
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