Era la primera vez que comíamos ahí, el servicio de 10, para empezar hemos pedido pulpo, se deshacía en el paladar, estaba buenísimos, también te sacan una especie de patatas bravas que estaban espectaculares y seguimos con un arroz negro que para rematar estaba de locos, bien servido y respetando tiempo entre platos, de postre tarta de queso buenísima también, recomendable sin duda y para repetir.
Es la segunda celebración que hacemos y nos encanta las vistas del ventanal, el servicio y la calidad de la comida. Las bravas son las mejores que hemos probado… los arroces están muy buenos. Merece la pena aunque seas de fuera.
Los arroces buenísimos, cualquiera de ellos.
Siempre tienen el detalle de traerte un pequeño entrante por cuenta de la casa.
El trato del servicio es muy bueno, aunque a veces van demasiado acelerados en querer retirar platos y eso agobia.
Los baños nada cuidados, hay gente poco limpia, sí, pero deberían estar más atentos a esos detalles y solucionarlo.
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