He acudido 2 veces a comer y las 2 veces una experiencia que sin duda recomendaría.
La primera vez pedimos ensalada y hamburguesa de trufa. La ensalada era grande y con los ingredientes en cantidades amplias y generosas. De sabor estaba muy rica.
La hamburguesa tenia la carne en su punto y de sabor muy rica también, la salsa está genial.
La 2 vez pedimos fingers de pollo, costillas y entraña. Los fingers tenían un rebozado muy fino y sabroso y nada nada grasientos. Los otros dos platos estaban espectaculares la extraña era super tierna y sabrosa y la salsa chimichurri para chuparse los dedos; las costillas super tiernas, se separaban del hueso con una facilidad increíble y de sabor super ricas.
Ambos días pedimos tarta de queso. No tiene nada que envidiar a la de otros restaurantes famosos por sus tartas. La porción cuesta 6 euros pero es generosa y de sabor es espectacular. También pedimos tarta de zanahoria que no estaba mal.
Tienen un equipo de camareros y cocineros super simpáticos y muy profesionales.
Lo recomiendo sin duda a toda la gente que vaya a escalar.
La comida estaba buena pero le falta algo. Pedimos unas hamburguesas ahumadas y una tortilla trufada.
La tortilla estaba muy rica pero las hamburguesas no me parecieron para tirar cohetes: la carne estaba cruda, el centro de la hamburguesa frío y tuvieron que pasarla un poco más, como ya había sido montada la base sí se cocinó más pero la parte central y superior siguió quedando demasiado poco hecha. Además no ahumaron las hamburguesas porque el ahumador estaba sucio y tardarían en limpiarlo... en general detalles que se arreglan aclarando al cliente que va a ser una hamburguesa normal y preguntando el punto de la carne con antelación.
Pese a todo le doy 4 estrellas porque se notó que había buena voluntad por parte del personal.
Ayer fui a probar este rocódromo ya que me habían hablado maravillas de el. Soy de Alicante y allí la verdad es que no se estilan mucho, ya que estamos rodeados de montaña. Y la verdad es que me sorprendió, el rocódromo es una pasada y la calidad de las instalaciones increíbles. Tienes vias interiores de todos los niveles, también exteriores, zona boulder e incluso un gimnasio. La entrada son unos 13 € más o menos si te traes tú el equipo.
Además dispone de una cafetería donde puedes entrar y salir las veces que quieras si te ponen el sello.
Decidimos comer allí, ya que lo que vimos tenía buena pinta, pero con tanto plato no sabíamos que coger. Al final una chica Sandra nos recomendó un par de platos que estaban deliciosos y de postre tarta de queso. La verdad es que la camarera fue muy amable y nos atendió de 10 explicando cada plato y con su recomendación. Sin duda volveremos no sólo por las instalaciones si no por el trato.
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