Que mal empezaron q me ponian en mala mesa.. pero no. Me cambiaron. Ademas soy media pensión..que puedo esperar. Pues no. Me cambiaron de mesa, y me pusieron en la terraza. Pedi un tartar de atun y steak tartar. Hacia tiempo… pero tiempo.. q no me encantaba algo. El atún en tartar rojo tomate y cortado del rico.. y aderezo verdadero. Pero luego el steak.. no podían hacerlo bien también??? pues toma.. corte pequeñito no pate sucio..alcaprras muy muy rico como le gustaba a mi padre. Y de postre… nada llega el profesional q me atendía y me recomienda la torrija de siempre con helado. Pero no seria yo quien cambiara el menú. Zas.. menuda torrija.. de torrija nada… hay q disfrutarlo una especialidad. Solo quiero agradecer la sorpresa y el disfrute de algo.. q no me esperaba. Y el profesional, es un maquina. Felicidades a todos.. yo he flipado. gracias.
Bueno, como se suele decir luces y sombras, hemos estado varias veces y que vaya por delante, que el restaurante es espectacular de lo cuidado y bonito que está, además de donde está situado. La tranquilidad de cenar en la terraza, disfrutando del entorno merece la pena. La comida, esta última vez pedimos, unos calamares, que siendo e Santander yo el listón está muy alto para superar unas "rabas" como los llamamos nosotros a los calamares. Un plato de jamón ibérico que estaba bastante bueno, y nos trajeron unos patés con una selección de panes que a mí particularmente no me gustó mucho. Mi mujer carrilleras, y yo solomillo, y esta vez no estaba tan bueno como en ocasiones anteriores, además de un buen trozo de solomillo unas papas caseras debería estar obligado por "ley" pero bueno, así no engordo tanto. El postre es lo que se quedó entero en el plato, un concepto de gintonic en plato, con granizado de limón que no pudimos comer, un sabor muy extraño. El trato de 10, muy bien servicio, personal muy atento y profesional.
Marcos De Rada (Marcosderadapersonal)
+5
👍👍👍👍👍
Todo un acierto.
Ya desde que llegamos fueron todo sonrisas y cuidados por parte del personal. Todos muy atentos. Lo menos l@s encargad@s de la zona donde nosotros cenamos.
Restaurante de alta cocina con un servicio de lujo.
Restaurante en el centro de la ciudad de las palmas de Gran Canaria. Excelente cocinero o chef. Gastronomía variada y carnes de primerísima calidad. Excelente la recomendación de la camarera.
Buenísimos los vinos que probamos.
En los bajos del hotel santa Catalina, es preferible que pidas mesa.
Adaptado a la movilidad reducida en todas las zonas y comedores reservados del restaurante tiene pasillos y baños amplios.
Los baños súper limpios y mantenidos con limpieza durante todo el servicio.
Los platos en su justa medida. Muy bien emplatada.
Maravillosa la tarta de queso, muy recomendable
Excelente comida y mejor trato del personal.
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