Ha sido un grato descubrimiento, gracias a la recomendación de una amiga. Buscábamos un sitio especial para almorzar por el cumpleaños de mi marido y superaron nuestras espectativas con creces. Desde el momento de llamar para hacer la reserva, ya notamos el trato familiar, así como la simpatía del personal. Es una casa antigua reconvertida en restaurante, tiene mesas tanto en interior como exterior y unas vistas preciosas. También tiene aparcamiento. El detalle de poner el nombre y la edad del cumpleañero en los platos y que los sirvieran cantando "Cumpleaños feliz" nos enamoró. La comida buenísima y el vino de la tierra. No puedo poner un pero porque no lo hay. Totalmente recomendable 100 por 100
El lugar está algo escondido, pero vale la pena indagar para encontrarlo, desde él puedes disfrutar de unas vistas impresionantes de la costa Norte de Tenerife. Tanto el servicio de sus empleados como el ambiente son de calidad. La comida está bien, aunque algunos platos pueden ser mejorables.
La crema de calabaza, los dados de atún y el estofado de salmón que hemos pedido nos han gustado muchísimo, a parte que la presentación ha sido perfectay y con calidad
El personal muy amable y atentos!
Gracias por vuestro servicio
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