Desde el inicio, el restaurante Agaldar nos brindó una experiencia inolvidable. Tuve la fortuna de casarme en el impresionante Salon de pleno, con el evocador mural de Andamana y Gumidafe como telón de fondo y al atento y detallista primer teniente alcalde Julio Mateo oficiando la boda. Posteriormente, nos dirigimos al restaurante con nuestros seres queridos para celebrar con un almuerzo exquisito. Elegimos una variedad de platos para compartir entre 12 personas, y cada elección nos impresionó tanto en sabor como en presentación. Desde el plato de quesos, pasando por las deliciosas papas arrugadas con mojo, los escaldones de gofio, y hasta el carpaccio de higos, cada bocado era una revelación de sabor. No sólo estaba deliciosa la comida, sino que también fue abundante, garantizando que todos quedáramos más que satisfechos. Por si la comida no fuera lo suficientemente destacable, el servicio fue impecable. Los empleados estuvieron siempre atentos, haciendo que nuestra experiencia fuera aún más especial, mostrando no sólo profesionalismo sino también un trato cordial y simpático. Sin duda, el restaurante Agaldar ha dejado una marca en nuestros corazones y es un lugar al que nos encantaría regresar. Recomiendo encarecidamente este lugar para cualquier ocasión especial o simplemente para disfrutar de una comida excepcional.

La comida estaba buenísima, los camareros atentos, simpáticos y dando buenas recomendaciones. Los huevos rotos se los recomiendo.