Restaurante con vistas al valle de Guadalest, con amplio comedor y dos terrazas. Si se quiere disfrutar de las vistas, hay que reservar en una de las terrazas. En invierno, el comedor está a una temperatura muy confortable, las terrazas (cubiertas y acristaladas), lógicamente, está a un par de grados menos. Yo reservo en terraza. El aparcamiento es muy amplio y es muy fácil aparcar.
Nos obsequiaron con unas especies de mini-cocas de aperitivo, muy ricas. Pedimos un aspencat, que lo ponen con unas anchoas, francamente bueno y minxos, que son unas empanadas de masa de maíz rellenas de verdura, típicas de la zona. Si no se conoce, merece la pena pedir este plato porque estos son los minxos más auténticos que he probado.
También comimos solomillo de ibérico relleno, conejo a la parrilla y olleta de blat. Muy buenos los dos primeros. Respecto a la olleta, he de decir que es costumbre traerla en una olla con cacillo para servirla al plato. En este caso, venía directamente en el plato, con lo que el plato pierde prestancia. En el guiso se echa de menos la manita de cerdo y algún embutido. Particularmente, no recomiendo este plato.
De postre tomé fruta variada, presentada que es un primor. Me encantó.
La carta de vinos es muy completa para este tipo de restaurante, cosa que se agradece.
Los precios están en línea con los restaurantes de la zona y el servicio fue ágil y atento. Tengo que volver porque hay muchos platos que me interesa probar. En conjunto, es un restaurante muy recomendable.
Increíble lo bueno que está todo lo que hemos comido!!
Nos han puesto de entrante (detalle de la casa) un paté que estaba buenísimo.
Después hemos pedido dos entrantes, una ensalada de tomate y canónigos con ventresca de atún y unos champiñones rellenos de gamba y all i oli, que estaban riquísimos.
Como plato principal hemos pedido una paella de arroz de montaña, sabrosísima y con el arroz en su punto.
De los postres, solo se puede decir…mmmmm que bueno!!!
Además han tenido el detalle, (ya que ibamos con perro y no precísamente pequeño) de ponernos en una terraza cubierta (habíamos pedido al aire libre por ir con el perro) con vistas al Castillo de Guadalest y nos han puesto un bebedero y todo para nuestro perro
En fin, recomendable al 100%!!
Sin duda volveremos.
Nos encantó el sitio, el personal muy amable. Estuvimos en la terraza y en la mitad de la comida nos salió el arcoiris, fue espectacular.
La comida estaba muy rica, recomiendo "la olleta de blat" y el postre la tarta de queso q hacen ellos la más rica q he probado.
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