𝗨𝗻𝗮 𝗴𝗿𝗮𝘁𝗮 𝗲𝘅𝗽𝗲𝗿𝗶𝗲𝗻𝗰𝗶𝗮. La comodidad del local, su original cocina, la calidez del ambiente, la amabilidad en el trato, la calidad de los productos, son motivos para valorar muy positivamente un buen restaurante, pues bien, el 𝑹𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒂𝒏𝒕𝒆 𝑻𝒓𝒂𝒕𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝑮𝒊𝒐𝒗𝒂𝒏𝒊 𝑭𝒓𝒂𝒕𝒆𝒍𝒍𝒊, puede hacer alarde de todos ellos: Entramos a este local a probar sus especialidades y ha sido todo un acierto. El trato al cliente es extraordinario, muy amable y cercano, haciéndonos sentir cómodos en todo momento. La mesa simpáticamente vestida en cuadros a dos colores, suficientemente amplia, con sillas bastante cómodas en un comedor encantador. Ambientación musical muy agradable, a un volumen correcto, pero se echan de menos artistas italianos en vez de radio fórmulas comerciales. La carta es muy apetitosa y la calidad de los productos es incuestionable. Pedimos varios caprichos para compartir, formidable ejecución y magnífica presentación de los platos, muy original. Todo ello acompañado de un soberbio vino D.O.C Tentrino. Postres caseros sobresalientes. Hay que destacar que todas las raciones son suficientemente generosas en tamaño y cantidad. El precio es moderado, acorde a la calidad de todo lo descrito. Al dar finiquito a estas ricas viandas, percibimos un profundo sentimiento de satisfacción y de haber comido realmente bien, dando al traste con cualquier intento de dieta adelgazante. 𝐌𝐮𝐲, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐮𝐲 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐦𝐞𝐧𝐝𝐚𝐛𝐥𝐞.

La comida en general estuvo buenísima. La pizza muy rica y los tagliatelle a la carbonara increíbles. Pedimos la pasta rellena de pera y para nuestro gusto, un poco seca. No sé si fue el día que fuimos pero el servicio fue muy lento, llevábamos una hora sentados y no nos habían traído aún los platos.