Es el único restaurante que hay en Granera, si os animáis a ir, no hay pérdida. Pueblo pequeño, perdido en la montaña, pero con mucho encanto y muy bien cuidado. El restaurante muy limpio también con una terraza súper agradable y con unas vistas espectaculares. La carta no es muy extensa, sobre todo carne a la brasa y arroces, aún y así la comida es de calidad y a precios razonables. El.arroz con pato y trompetas de la muerte está buenisimo y las costillas de cerdo muy buenas. No hemos hecho postres porque con las entradas y los segundos hemos quedado más que satisfechos. Un punto negativo es que el servicio es algo lento, pero los chicos que nos han atendido han sido muy amables y atentos.
Para los que tengáis perro, son aceptados en la terraza y traen un cuenco de agua para ellos.
Hay parquing alli mismo con mucho espacio.
Uno de nuestros restaurantes favoritos sin duda, recomendable las ensaladas y la paella marinera de sepia y pulpitos. La terraza tiene mucho encanto y las vistas son inmejorables. La escapada de la ciudad merece la pena!
Para ir es necesario hacer reservar o es posible que no haya sitio.
La comida es excelente, lástima que haya cosas que si vas en Domingo ya estén agotadas, esto nos hará volver a repetir la visita y reservar lo que queremos comer previamente.
La tabla de embutidos es buena, pero puede defraudar un poco, ya que se echan cosas a faltar en ella.
El arroz negro está buenísimo, y el chuletón, que te lo puedes hacer tú nuevo al gusto ya que te lo dan marcado y cortado junto con un piedra para cocinarlo, también muy bueno.
La tarta de queso normal y la de Nutella, excelentes. Y los chupitos para finalizar, estupendos también.
An error has occurred! Please try again in a few minutes