En la acera del Darro nos encontramos con esta emblemática taberna con la cual me quedé muy sorprendida ya que no me esperaba que tuviera un comedor, aunque pequeñito, pero al fondo donde poder comer. Creía que solamente se podía estar en la barra o en los barriles de la calle.
Es una taberna antigua, con lo cual no podemos exigir que tenga muebles modernos ni nada de eso, así como en el cuarto de baño, la cisterna te sorprende porque es todavía de la de tener que tirar de toda la vida
Nos trataron muy bien y nos pusieron tapa con todas las bebidas que tomamos aparte de la raciones que estaban muy buenas.
Las tapas no son nada del otro mundo, pero compensa por estar en una taberna de ese tipo.
Lugar super suténtico, dicen que el más antiguo de Granada. Vale mucho su visita, tanto por el lugar, como por la comida y el trato de su personal. Todo genial!
Un clásico, sardinas arenques, vermú, manzanilla en rama... Bien, muy profesionales, pequeño y agradable, que sigamos volviendo 30 años mas
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