He comido en este lugar y me parece uno de los mejores sitios con buena relación calidad precio. Comida de alta calidad, con una presentación admirable, un menú del día que te da a escoger entre cuatro primeros y cuatro segundos, con postre , café y bebida incluyendo en ella cerveza, no es nada normal. El personal es muy profesional y rápidos. Y los precios asequibles al cien por cien. Repetiré segurísimo.
Bonito lugar en el centro de Gijón. Fuimos por el aniversario de boda de mis padres con un menú cerrado que previamente ya había encargado, menú de arroz con bogabante(bugre), mi padre estaba muy ilusionado porque siempre comemos este tipo de arroz en otro lugar que nunca falla.
La verdad que el comienzo fue algo malo porque llegamos puntuales al restaurante en pleno día del festival aéreo de Gijón, nos sentaron y pedimos un vermut. Nos sirvieron y no nos trajeron pincho(como al resto de las mesas de alrededor), esto fue muy comentado entre nosotros que no nos parecía correcto, así que se lo dijimos al camarero y nos contestó que tenían mucho jaleo( cosa que yo no discuto),pero nuestro pincho nunca llegó y a la mesa de al lado no paraban de llegar.
Comenzamos a comer el aperitivo del menú, jamón ibérico, acompañado de agua embotellada en el restaurante y de un Rueda Cuatro Rayas, le siguió unos gambones a la plancha(algo escasos y pasados) y unos calamares que se notaban que no eran congelados y que estaban riquísimos.
Y por fin llegó el plato fuerte, el arroz con bugre(antes de que llegase comentamos que seguro nos servían un platín a cada uno de arroz, ya que el aperitivo había sido escaso para cuatro, pero todo quedó en esos comentarios porque....), dos paelleras, una por pareja del delicioso manjar. Hay que reconocer que estaba delicioso y que de cada paella podrían comer tres y repetir, por lo tanto fue abundante(yo repetí dos veces).
Por último nos trajeron los postres. Mi padre pidió tarta de almendra, yo tiramisú(riquísimo), y mi madre y mi pareja coulant con bola de helado (tengo que decir que la bola de helado era diminuta y estaba derretida y aguada, así que no les gustó mucho).
No pedimos cafés, ni chupitos para no molestar más, pues parecía que estaban muy liados.
En resumen, restaurante bonito, con comida deliciosa, pero los camareros estaban un poco desbordados y con cara larga. Aún así me gustó y repetiría.
Hemos comido en varias ocasiones, y la verdad que quitando el día de la madre de este año que el servicio fue bastante lento.
Hoy ha sido un buen día, tanto por la comida y el servicio. El camarero de sala estaba para todo el solo y chapó.
Éramos cuatro y cogimos dos menús de 37€ pareja.
El de cachopo y el de bacalao (cada uno constaba de dos entrantes, el principal y dos postres).
Raciones muy abundantes.
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