El nombre de cantina es muy adecuado. Cómo recuerda a un espacio de pueblo para tomar algo. Eso es lo único, porque a diferencia de cualquier cantina el espacio es de lujo estético, trabajos en madera que crean espacios y “mundos”. Y al lado de un riachuelo que hace sentirte parte de leyendas mitológicas. La comida pasa a ser lo menor. Yo resolví con ensalada cecina y queso y tarta de castaña hecha en Folgoso muy rica (la sin chocolate está mejor). Abre solo en verano, septiembre incluido. Recomendable llevar chaqueta, por si acaso!!!
Lugar pintoresco donde los haya. Con multitud de detalles tallados en madera. Al lado, casi por debajo del local, pasa un riachuelo cuyo sonido acompañará constantemente a los comensales y su frescor ayudará a mantener la temperatura del ambiente siempre regulada y contenida. El entorno natural es, tal y como se ve en las imágenes, muy agreste y rural, ideal para pasear.
Cantina con una decoración curiosa a base de maderas recicladas encontradas por a Serra do Courel. Carne a la brasa y cecina de buena calidad.
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