Un sitio maravilloso que ofrece una estupenda combinación de buena cocina, cerveza artesanal propia de calidad, música en directo y entorno acogedor.
El trato y la atención es muy agradable, atento y formal. La calidad humana es impecable.
El ambiente es tranquilo, educado y de clientela mayoritariamente extranjera.
La cocina es excelente, de muy buen gusto y con raciones generosas a un precio competitivo.
Las cervezas artesanales, producto estrella de la casa, han mejorado mucho sin variar la receta.
Los músicos son siempre de gran nivel y trayectoria profesional.
El local, que forma parte de unas instalaciones de viveros, es enorme, está muy bien diseñado y remodelado para el negocio. Cuenta incluso con una chimenea, que en invierno se agradece mucho y hace al lugar más acogedor.
La ubicación es también maravillosa, con zona verde y cielo abierto. Por lo general es muy fácil aparcar.
En cuanto a los aspectos que me merecen cierta crítica, no puedo pasarlos por alto:
La acústica necesita una mejora importante. Los decibelios y la reverberación metálica de las instalaciones resultan bastante incómodos y perjudiciales durante los conciertos. Los empleados, expuestos tanto tiempo a ese volumen, son los primeros que agradecerían una buena atenuación.
Por otra parte, el limitado catálogo de cervezas artesanales no ha cambiado apenas en todos los años que la fábrica lleva funcionando. Los amantes de la “craft beer” necesitamos novedades, rotación de productos, recetas nuevas y variadas. Echo de menos una Imperial Stout, una bitter (que al numeroso público extranjero le gustaría), o incluso alguna lager (que podría satisfacer el gusto de una mayor clientela).
Y en cuanto a la ubicación, no la cambiaría y es lo que hay, pero mucha precaución con el coche.
En conclusión, siempre volveré, lo recomendaré, y reclamaré los aspectos que mejoraría.
Un lugar mágico y distinto al resto. Nos encantó la cerveza artesanal , que tienen varias distintas y deliciosas y qué buenas las costillas, el wrap de falafel, pollo a la parrilla, el tataki, bueno...todo!
Da gusto el servicio, siempre atentos e informándonos de los tipos de cerveza los ingredientes, etc, nos sentimos como en casa 😍
Y además, a pesar de estar lleno, pudimos aparcar fácilmente porque tiene un aparcamiento enorme, donde Agrojardín.
Volveremos y recomendaremos a los amigos!
Wow! Llevábamos tiempo queriendo probar este restaurante y nos ha sorprendido gratamente. Ambiente y decoración alternativo. Fuimos un viernes noche porque sabíamos que tenían música en directo y nos encantó la banda de jazz-blues.
Tienen cervezas artesanales de la zona nada que ver con las típicas que encuentras en todos los sitios. Pedimos las costillas y un ribeye steak cocinados en barbacoa de leña. Las costillas de diez con un toque picante. Aunque los precios son algo elevados, se justifican con el lujo de poder disfrutar de buena comida acompañado de un fuego y buena música. Visita altamente recomendada. Volveremos seguro!
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