Bar de los de toda la vida con una tranquila terraza en el callejón de enfrente. El trato estupendo, lo que probamos estaba riquísimo, morcilla y anchoas de Espinosa y una enorme ración de gambones. Con bebida 30€.
Fuimos a pasar el día Espinosa. Y nos salió redondo.
Paseo por el río, roble centenario, columpio, vistas estupendas y por pura casualidad a la hora de comer llegamos al Olmo.
Trato agradable, comida de calidad y unos postres caseros de quitar el sentido.
Comida sencilla pero producto de primera cocinado con mimo.
Ya tenemos ganas de volver!
Ayer estuvimos comiendo toda la familia. Lo mejor la amabilidad en el servicio(te sientes en familia) y la calidad del producto. Salimos todos encantados. Y el precio inmejorable. Volveremos pronto.
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