Empezamos por lo peor, se les ha ido de las manos el precio de las bebidas, 4€ una caña, 4€ una copa de vino (sin pedir marca), 4€ agua, creo que esto les perjudica más que otra cosa, ya es un esfuerzo para algunos ir a comer a un sitio de estos y esto hace que controles más lo que bebes, igual era la explicación de que hubiese tan poca gente un viernes. Nosotros somos clientes de todos los restaurantes del grupo, la comida muy bien como siempre que vamos, sobre todo el arroz de secreto que estaba espectacular. Como pega, el entrante cortesía de la casa de melón era una cosa casi incomible, no lo entendimos, estaba excesivamente avinagrado y era algo desagradable. Como en el resto de sus restaurantes el tema del gluten lo llevan muy bien y cualquier plato lo adaptan sin problemas y es de agradecer, incluso la coca de Fernando.

Conociendo la Cuina de Fernando fuimos a Goah con las expectativas altas y las superó con creces. Si en su restaurante del centro de Castellón ya disfrutas, combinar su maravillosa comida con el ambiente y las vistas de Nudo Beach es una experiencia gastronómica única. Un menú generoso, con platos deliciosos en los que se reconoce la mano de la Cuina de Fernando, regado con buen vino y acompañado de unas vistas estupendas. Para nosotras la visita a Goah se ha convertido en un imprescindible del verano. Nos encantaron todos los platos. La coca de tomate nunca falla, además de que es algo único que sin duda se tiene que probar. El canelón de blanco y negro estaba buenísimo y el arroz fino y justo en su punto. Escogimos el de sepia y langostinos con tirabeques y creo que fue un gran acierto, ya que tenía un sabor intenso delicioso. Personalmente lo que menos me gustó fue el cremoso de queso con escalivada, algo pesado para mi gusto. De postre, el sorbete de piña colada entra genial, fresquito y ligero. La presentación de los platos es magnífica. Es cierto que no hay una gran variedad y el menú es cerrado, por lo que el restaurante me parece una buena opción para ir de vez en cuando, no asiduamente. Además, el precio es algo alto aunque vale la pena: el menú con 3 entrantes, 1 arroz y 1 postre son 30€ y no incluye bebidas. Quiero destacar la labor de los camareros, muy atentos y amables. Se portaron genial con nosotras y estaban pendientes en todo momento de que estuviéramos disfrutando de la comida. Incluso nos dejaron hacer alguna modificación en el menú para que todas comiéramos a gusto. En resumen, imprescindible ir aunque sea una vez cada verano. Es un lugar para disfrutar sin más: saborear la comida y relajarte con la brisa mediterránea.