Fuimos al local a comer, fueron muy amables y atentos. Pedimos tartar de atún, gyozas de pollos, takoyaki, wok de noodles con huevo y salsa okonomiyaki, una bambú box de 12 piezas y dorayakis. Todo estuvo bueno, aunque lo destacable fueron las gyozas y el wok, que traía mucha cantidad. Los dorayakis caseros eran esponjosos, con un toque distinto y rellenos de nutella.
Pensábamos cenar sushi pero hablábamos de otro lugar, pero una chica desconocida entonces nos recomendó este lugar y decidimos hacerla casi. Fue un acierto. Todo lo que pedimos exquisito. Buena recomendación del camarero y aunque no había nadie dentro puso el aire acondicionado sólo por nosotros, todo un detalle. No es un local lujoso,pero lo que buscas es la calidad en la comida y ahí sí que es de 5 estrellas.
Fuimos a cenar hace dos días allí buscando un sitio de comida japonesa. Cuando llegas, realmente no tienes la sensación de que sea un restaurante japonés y la decoración de dentro parece de un bar.
La atención que nos dio el camarero fue excelente, había solo uno para atender a todas las mesas y aún así estaba pendiente siempre que podía y se detuvo en aconsejarnos para pedir de la carta.
En cuanto a la comida, pedimos el nigiri tostado con tartar de salmón que estaba muy bueno, el hosomaki de atún el cual se notaba que estaba fresco, el urakami de salmón a la plancha con cobertura de aguacate (nos encantó) y, por último, el pan bao de secreto ibérico y el de pato. En este último, el camarero nos recomendó el de secreto ibérico pero nos pareció que tenía más sabor el de pato aunque ya depende de gustos.
Todo ello, con la bebida (dos tintos con limón) fueron 41.80€ en total y terminamos bastante llenos, por lo que tiene muy buena relación calidad y cantidad para el precio que tiene. Totalmente recomendable.
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