El local es muy muy muy bonito. A pie de carretera pero con una terraza muy agradable y vista al mar. Llegamos un domingo por la tarde y la pena es que apenas tenían nada para merendar. En la carta había bagles pero nos dijeron que no quedaban. Aún así, debo reconocer que la camarera hizo todo lo posible porque atendernos. Acabamos comiendo un croissant relleno de crema de chocolate (nos dijo Nutella o no era Nutella), el café correcto.
Estuvimos de paso y con muchísima prisa, así se lo hicimos saber a la persona que nos atendió, que ese día estaba sola y agobiada, nos preparó las hamburguesas lo más pronto posible y estaban espectaculares, bien hechas, ni secas ni crudas. Un 10 para ella.
Pedí bocadillo vegetal y mi pareja la hamburguesa Urbana.
El bocadillo estaba correcto. La hamburguesa dice mi chico que muy rica. El acompañamiento muy escaso y lo peor el servicio que fueron super lentos.
Me levanté a por servilletas, cubiertos y mayonesa ya que no venían. Como consejo sería que estuvieran mas pendientes
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