Nos ha gustado mucho. Lo encontramos de casualidad y al llegar parece la entrada del típico bar de pueblo, pero nada más lejos de la realidad. Tiene un salón comedor enorme, muy luminoso y con un ambiente muy agradable. El trato del personal, amable y cercano en todo momento. La comida excelente y a precios habituales. Impresionante el chuletón de 500grs!!!!.
Restaurante amplio. La comida muy buena, buena cantidad, calidad y precio. Tomamos el menú de arroz con bogavante, croquetas, cogollos y crema catalana. Buenísimo todo y casero. Repetiremos.
Además las pizzas y bravas muy buenas.
Paletilla, chuletón de medio, croquetas de cecina, postre, café y cerveza.
La carne espectacular. Nos quedamos con ganas de pedir el resto del menú. Volveremos.
Personal muy agradable
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