Singular restaurante de montaña, con una carta amplia y con elaboraciones con personalidad, como los guisantes negros, o las carnes a la brasa, sin duda una especialidad de la casa. Carta variada y productos de primera calidad en un restaurante familiar que es parada obligatoria de viajeros, moteros, ciclistas y turistas de montaña. Un local para tener en la lista de restaurantes a visitar.
Comimos guisantes negros con trompetas de la muerte, ensalda con queso de cabra, granada, nueces y miel, costillar cerdo, medallones de cordero con setas, y para postre miel y mató con almendras garrapiñadas y sorbete de mandarina. Todo esquisito! Servicio atento y el sitio muy agradable.
Si vais al Berguedá es una visita obligada. La comida es excelente. Nosotros intentamos ir 2-3 veces al año. Todo es casero y hecho con cariño. 🥰
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