Empezando desde el principio, la atención hacia el cliente es bastante buena, por encima de la media. Los camareros fueron tan serviciales que incluso no estábamos acostumbrados a despreocuparnos a este nivel. El sitio es de tamaño mediano tirando a pequeño, pero que no os reste este dato pues en el interior no se tiene esa sensación ya que las mesas del restaurante están bien espaciadas. Cosa que es de agradecer. La velocidad de la cocina es ligeramente más rápida que en otros sitios, así que no tardamos mucho en disfrutar de lo que ofrecían una vez hecha la comanda. Uno de los hándicaps que teníamos como grupo es que el precio de las raciones, justificadas, nos permitía pedir poca variedad ya que en la carta no pude ver qué existía la opción de media ración. El equipo de camareros igualmente nos la ofreció y a medias raciones cenamos, que por cierto, son unas dimensiones perfectas para que 4 personas puedan comer de todo y se pueda pedir variedad a un precio medio de la 1/2 ración de 8,5 euros o 9. ¿De sabor? Los platos prometían visualmente y el sabor justificaba su apariencia, a la altura del precio y satisfecho. Las pavías estaban muy buenas y sin exceso de aceites, recomendadas. Comimos 4 personas con varias medias raciones y doble ronda de bebidas por 54 euros. ¡Deseando de volver a Carmona y comer de nuevo allí!