Primero que nada GRACIAS. Venir aquí es una experiencia, y creo que de eso se trata cuando uno viene a disfrutar. Desde que aparcamos en la entrada, nos acompaño un chico de gafas majisimo, que se prestó para acompañarnos con un carrito de golf hasta el restaurante que aunque sea a pocos metros a 32 grados al sol se agradece. Nos atendió samanta, que nos acompaño en toda la velada recomendando, preguntando, explicando los platos y haciendonos sentir cómodos. Además de cada compañero que vino a la mesa, fueron increíbles y perdón por no recordar sus nombres. La comida es un manjar desde la mantequilla cítricas con sal en escamas, con remolacha. Hasta el pulpo con arroz con chimichurri. Los postres... De locos. Una cocina cuidada, con sentido de lo que se hace y amor. La reserva puse que era una pedida de mano. Nos trajeron dos copas de cava 🥂 cuando dijo que si.. Nos felicitaron todos, nos regalaron unas rosas rojas preciosas. Que más se puede pedir?. Mil gracias! Por esta experiencia, que estos detalles fueron el toque perfecto. A una comida genial, un servicio brutal y que decir del ambiente, precioso, elegante y en la naturaleza. Gracias! De parte de los dos, volveremos. Son un gran equipo desde el primero hasta el último en cada posición se nota el gran trabajo.

Das Restaurant ist eines der besten, das meine Familie und ich je besucht haben. Hier wird einem jeder Wunsch von den Augen abgelesen und der Service ist wirklich auf aller höchstem Niveau! Dazu gehört ein Stühlchen für die Tasche, das Entkrümeln des Tisches zwischen den Gängen, sowie die exzellente Weinberatung. Und das dennoch locker und persönlich. Auch das Küchenteam hat sich jeden Tag aufs Neue übertroffen. Besonders gefallen hat uns die extra vegetarische Karte (hier dürfte es nur bei den Hauptgerichten eine Sättigungsbeilage mehr sein) und die Grüße aus der Küche, sowie der Süße Abschluss an jedem Abend. Kleiner Tipp: Nach der vegetarischen Karte muss man extra fragen. Ein großes Lob an das ganze Team, wir kommen gerne wieder!