Descubro por casualidad este hotel restaurante, en la travesía de Cantalejo.
Entro y la camarera tras la barra me atiende como si fuera asiduo. El local, muy acogedor tiene mesas para tapear y tomar raciones interesantes (observo una de chipirones que me activa las glándulas salivales.
Sigo hacia el comedor y me atiende un simpático camarero que me indica la mesa a la que puedo sentarme.
No transcurren 5 minutos y me toma la comanda. Espectacular.
Comida casera en el menú del día. Variedad de platos bien cocinados. También variedad de postres (recomiendo los caseros).
Pero lo mejor, a la hora de pagar: 12€ que ya no se ve en España. Impresionado, me despido de los empleados, prometiendo volver. Un gustazo.
Yo pare hoy nuevo que soy aquí me llevo mi jefe con el camión . Y aparte de económico lo que quiero yo es felicitar las pedazos de judías que me pusisteis hoy de menú que ricas mil gracias a la cocinera o cocinero con esos sabores se hace feliz a la gente y la atención también de 10 volveré a veros seguro
Han hecho una pequeña reforma q se hace notar , más actual.
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