Cuando entré por primera vez a este restaurante de cocina mediterránea, vi una hermosa escena. En el centro del salón había un original horno de leña para cocinar pizzas, que llamaba la atención por su singularidad y le daba al lugar un encanto especial. El humo y el aroma de la madera creaban una atmósfera única que llenaba todo el espacio.
Pero lo que capturó mi atención de inmediato fue un enorme árbol de magnolia que crecía en el centro del salón. Sus majestuosas ramas, adornadas con brillantes flores, inspiraban admiración y creaban una atmósfera acogedora. Al enterarme de que este árbol tenía más de 300 años, sentí que estaba en presencia de historia y sabiduría.
Desde las ventanas del restaurante se podía disfrutar de una vista impresionante del Mar Mediterráneo. La superficie azul, adornada con el juego de los rayos del sol, producía una sensación de tranquilidad y gracia. Me deleitaba contemplando la inmensidad del mar, que parecía infinito y misterioso.
El personal del restaurante era realmente amable y atento. Nos recibían con calidez y estaban dispuestos a ayudar y recomendar platos de un extenso menú. Sentía que mis necesidades eran su prioridad, lo cual me hacía sentir como un invitado importante.
Sin embargo, no pude evitar notar que el baño no cumplía con los estándares de limpieza y necesitaba reparaciones. Este aspecto negativo comenzaba a reflejarse en las reseñas del restaurante y espero que la administración tome nota de esto y tome medidas para mejorar el estado del baño. Después de todo, pequeños descuidos como este pueden afectar negativamente la impresión general del lugar.
En general, el restaurante de cocina mediterránea era un rincón hermoso donde encontré sabores auténticos y una atmósfera acogedora. Disfruté cada plato, disfruté de la vista al mar y valoré el trabajo del personal atento. Sin embargo, la experiencia negativa con el baño estaba afectando la reputación del restaurante, y espero que la administración tome las medidas necesarias para mejorar este aspecto.
La comida estaba genial y el sitio un encanto precioso tanto por decoración y vistas al mar. Pedimos una pizza gourmet y unos raviolis con queso de cabra y cordero que estaban espectaculares. No habíamos comido pasta tan sabrosa! Se notaba que los productos eran frescos y la calidad de ellos. Volveremos sin dudarlo!! No pedimos postre porque no nos cabía nada más pero tenían un pinta tremenda.
Local precioso, con un gran árbol iluminado en el centro de la terraza, muy acogedor.
El personal, muy amable . La pizza riquísima, la pasta genial y el postre, espectacular!! Todo de 10.
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