JUAN FRANCISCO GALAN RAMIREZ
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Es un sitio de los que ya no quedan, una antigua bodega que ha mantenido su esencia hasta hoy y en la que se puede tomar un chato de vino de producción propia, blanco, tinto o clarete, por 60 céntimos. De tapa hay tomate aliñado, pimientos asados o almendras que tú mismo puedes pelar, con una tabla y un martillo.
Por si fuera poco, el dueño te explica con amabilidad toda la historia de las bodegas y viñedos de Cacabelos y de todo el Bierzo.
Totalmente recomendable. Volveremos.
Una pasada de chiringuito,la clientela más simpática de todo el Bierzo,precio sin igual,pero lo mejor de todo sin duda fue el baño,amplio,limpio y con aroma a plena naturaleza,gracias Cacabelos.
El lugar es muy interesante por todas barricas antiguas y la decoración. El vino que probé fue muy bueno de una producción local, además tuve una buena platica con el propietario y otras personas del Cacabelos, ampliamente lo recomiendo.
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