En el corazón del casco viejo, un restaurante muy agradable y bien decorado.
La atención fue muy buena y profesional. Éramos un grupo mediano y elegimos el menú fin de semana por 28€. La carta era muy variada para elegir y todo todo lo que nos trajeron estaba delicioso. Platos abundantes y buena relación calidad precio.
La verdad es que acertamos plenamente con el restaurante y salimos muy contentos.
La única pega que podemos poner es que el servicio fue lentísimo. A pesar de tener reserva tardaron una hora en servirnos el primer plato y media hora más entre plato y plato.
La verdad es que el restaurante estaba a tope y no daban a basto.
Menú de noche: primero, segundo, postre, pan, agua y botella de vino por 25 euros. Muy rico. La verdad es que merece la pena y pagas a gusto. Muy recomendable.
Comimos el menú de fin de semana y me pareció una muy buena relación calidad precio. Es cierto que había mucha gente en el comedor, y que el camarero mandara callar a todo el mundo para poder coger la comanda, tuvo su cosa. Lo que fue un poco desagradable fue, cuando vinieron las chuletas de la mesa de al lado, y casi nos ahogamos el resto ya que se formó un nubarrón de humo elegante. Pero con el buen ambiente que había de unas mesas a otras nos lo pasamos muy bien.
Lo recomiendo en plan cuadrillas, porque si vas con pareja y quieres un poco de tranquilidad, quizás no sea el sitio
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