Local amplio de planta más o menos cuadrada con barra a la izquierda de la entrada. Suelos, techos y decoración dicen de su antigüedad (en la puerta reza 1952) y los "miniretretes" lo confirman pues están tal cual se hicieron en su día. Terraza exterior con sombrillas aprovechando la enorme plaza ideal para tomar algo tranquilo mientras los niños juegan sin peligro. Zona de mesas bajo los soportales. Carta variada de raciones caseras (cocina tradicional de toda la vida) con preferencia en carnes y platos con fundamento. Todo de buena calidad y bien elaborado. Presentación básica con plato blanco sin florituras. Servicio más o menos rápido dependiendo la afluencia. Personal muy atento y agradable deseando que el cliente quede contento. Muy buena relación calidad/precio. Si eres tikismikis y/o buscas un lugar elegante con decoración actual, este no es tu lugar. Aquí se guarda la esencia del bar de pueblo en toda su extensión.
Un bar de toda la vida, de esos en los que uno se siente como en casa. Ojalá no cambie.
Bar Restaurante de esos que mantienen la esencia de sus comienzos...Allá por los años 50…
Excelente servicio, buena atención y gran variedad de tapas todas exquisitas.
Trato excelente, con ambiente mantenido con el paso del tiempo.
Lo que ves es lo que había.
es como volver atrás en el tiempo
Sorprende el buen sabor de platos simples pero muy buenos.
Recomiendo las costillas al horno con sus patatas, el conejo frito con ajos, la asadura en salsa, en fin todos los platos están deliciosos ¡hay que probarlos¡
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