Brasería tradicional del pirineo. En general, comida rica y buena atención. El restaurante está muy bien ubicado, concretamente en la calle Mayor de Benasque, por lo que puedes aparcar cerca y caminar solo unos minutos hasta llegar al local. El sitio es muy acogedor, decorado en piedra y madera. Nosotros pedimos: De entrantes: - Ensalada de queso de cabra - Caracoles con sofrito y alioli - Carpaccio artesano de buey De segundos: - Manitas de cerdo - Solomillo de ternera - Costillas de cordero De postre: - Crema catalana - Tarta de queso - Helado De cantidad bien. El aperitivo que te sirven con las bebidas es generoso y está rico. La salsa de los caracoles estaba muy buena, sabe a guisito de abuela. Lo mejor de las carnes, el solomillo – trozo enorme y bien de punto pedido de la carne. De los postres, la tarta de queso, sin duda. Lo que no nos convenció nada fue la guarnición de las carnes, aunque eso es una preferencia muy personal. La patata no nos decía mucho, la salsa verde por encima sobraba, al pimiento verde le faltaba un minutillo más en la freidora y un poquito de sal, y el pimiento rojo no acompañaba nada. Sin duda, nosotros habríamos elegido otro tipo de guarnición para esas carnes. En resumen, bien pero algo caro para lo que es. Sin embargo, no nos importaría volver.

Me ha gustado mucho, son muy amables. El timbal y los caracoles muy interesantes. La carne del fricandó se deshace y muy buen sabor. Las manitas están ricas quizá las esperaba con más salsa pero es otra forma de hacerla. Me ha gustado bastante en general el sitio, lo recomiendo. Calidad precio un 10