Me ha encantado el ambiente que se respiraba en el interior de este restaurante. A destacar la temperatura ideal del interior,porque con la tremenda ola de calor que estamos atravesando se agradece un montón. Nos atendieron nada más llegar y nos sentaron muy rápido en la mesa,a los dos minutos viene una camarera Ángela,que suerte hemos tenido con Ángela,sabes de esas personas que te hacen sentir bien,e irradia simpatía nada más mirándola,esa es Ángela,muchísimas gracias Ángela por la manera que nos has tratado a mí y a toda mi familia,y por lo que me he fijado a todos los clientes del restaurante. La comida muy bien presentada,para mi gusto,cantidad justa para no saciarte y quedarte bien,de sabor aceptable,pero me ha faltado que el arroz estaba un poco seco,pero va a gustos,a mí me gusta un poco más de suquillo,pero no estoy diciendo que estaba malo. Y de los postres,no os perdáis la espuma de crema catalana,estaba exquisita. Fuimos un día entre semana y pedimos menú,lo tienen a un precio razonable,lo que no me gusta es ponerle suplemento a algunos platos,yo creo que en los tiempos que corren,hay que hacer esfuerzos titanes para salir a comer una familia,pues que lo hagan también los responsables de los restaurantes,y no solo lo digo por este. Volvería sin pensarlo por aquí,y si queréis comer bien este es vuestro sitio.

Fuimos a comer con la familia para celebrar una ocasión especial y la verdad es que elegimos este restaurante porque anteriormente lo había probado con mi pareja y nos encantó. Pero esta última vez la comida nos gustó menos que la anterior, sobre todo para nuestra opinión el plato de lubina debería de ser más fácil para comerlo ya que viene la lubina entera y es un poquito complicado . También me fijé en las personas que habían pedido el plato de lubina que lo habían dejado casi entero, aunque todo lo demás muy bueno. El servicio de Jordi (camarero) ha sido excelente y siempre que pasaba por la mesa nos hacía reír. Volveremos seguramente.