He tenido el placer de visitar este pequeño restaurante de tapas portuguesas en unas 5 ocasiones y cada vez ha sido una experiencia maravillosa. El ambiente es acogedor y auténtico. Las tapas son una delicia, siempre llenas de sabores tradicionales que me transportan de regreso a Portugal. El equipo es amable y atento. Siendo ya un cliente recurrente, puedo decir con seguridad que este lugar es un tesoro culinario que seguiré disfrutando en el futuro. Si buscas autenticidad y sabores que te transporten, este restaurante de tapas portuguesas es definitivamente el lugar para ir.
Lo descubrí casualmente y tenia buena pinta así que hemos querido probarlo.
El interior me encantó para los detalles de tienen un vino blanco natural óptimo a buen precio.
La comida es muy rica aún si las porciones no son tan grandes.
Local muy bonito con pocas mesas, decoración vintage comida buena hay que pedir varios platitos, para quedarse sin hambre 😄 vino muy rico atención del camarero muy buena, nos explico bien toda la carta nos recomendó varios platos fuera de menú de noche ! Recomendable !
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